Descubre si te identificas con el carácter de tipo masoquista y cuáles son los masajes que más te convienen.
El carácter Masoquista se desarrolla entre el primer y tercer año de vida, está muy vinculado a la relación con la madre del individuo. En ésta etapa, el niño comienza su independencia, comienza a caminar, eso le da una gran sensación de libertad, a los 2 años comienza a verbalizar y se hace entender con su madre, su principal cuidadora, comienza a controlar esfínteres y a comer solo.
Estos son los grandes avances que le dan sensación de emancipación, siente que puede ir a donde quiere; comer cuando y lo que quiere, cuanto quiere; puede expresar sus necesidades. Lo quiere controlar todo, porque siente que controla su cuerpo, su desplazamiento, sus necesidades corporales y es capaz de pedir, solicitar sus necesidades emocionales. La madre aunque amorosa, es un elemento de sometimiento, de mucho control.
En esta etapa del desarrollo infantil si el niño es sometido, reprimido, se le reclama de manera airada, aunque esto fuese hecho con mucho amor pero hay mucha supresión del deseo del niño, haciéndolo sentir mal acerca de lo que quiere hacer, se da lo que se denomina la humillación, la cual, si es reiterada en esta etapa, se fija quedando anclada en la psique por lo que se desarrolla el carácter masoquista.
Hay madres muy sobreprotectoras, muy temerosas de la pérdida del bienestar de su hijo y no saben cómo manejar al niño, cómo enseñarlo, por lo que recurren a suprimir comportamientos normales de un niño de esa edad, mediante negativas en un tono recriminatorio que lo humilla, este comportamiento reiterado de la madre, hacia el niño desde temprana edad, tiene como consecuencia el anclaje del carácter masoquista.
Dependiendo del tipo de defensas que el niño genere, se determinará el carácter. Según esto, el carácter es, pues, la actitud con la que el individuo se enfrenta a la vida, es la manera como el ser se defiende de su entorno de los límites que se le imponen, de las carencias afectivas a la que es sometido desde que nace o, al exceso de atención, castración de sus instintos.En el carácter encuentra su equilibrio.
En la definición de carácter están incluidas las cualidades físicas del individuo, de manera que según sea las defensas psicológicas o emocionales que generan su carácter, de tal manera será su constitución corporal y su musculatura, no sólo se toman en cuenta los aspectos psíquicos y afectivos.
Como consecuencia de lo anterior, estos niños desde pequeños están auto culpándose, al ensuciarse o al caerse se recriminan de haberlo hecho; es el adulto que se burla o mofa de él o ella misma, hacen chistes y el personaje principal del chiste tiene las mismas características que ellos.
Crecen con inseguridad porque no saben cuándo serán humillados y se transforman en adultos incapaces de comunicar sus necesidades, su vida, gira en función de la satisfacción de los demás (evitar la humillación), es un peso muy grande que llevan sobre sus hombros, de allí que acumulen una fuerte carga energética. Tienen una gran necesidad de ser aceptados; son excesivamente serviciales y se humillan a ellos mismos al permitir que las personas abusen de ellos.
Siempre tienen un amigo que abusa, pidiendo favores que raya en el exceso y el masoquista lo permite, peor, se pone a disposición para ello. Su apariencia exterior está condicionada si van a verse con alguien, se arreglan y quieren lucir bien para el otro, para ellos mismos no se arreglan, usan sus peores ropas; usualmente sus hogares no están acicalados.
Comen mucho para aliviar el dolor de la humillación, no para nutrirse; se esconden detrás de su sobrepeso. Con la comida, llevan una dinámica de satisfacción-castigo, se gratifican y luego sufren por haber comido. No pueden avanzar porque no saben desplazarse, ni a dónde ir, o cómo hacerlo.
Experimentan sumisión, se sienten reprimidos y no saben cómo liberarla, hay una hostilidad profunda que cuidan por todos los medios de reprimirla, porque no saben cómo liberarla, tienen episodios de impulsividad que no logran mantener oculta.
Son hipersensibles. Se llaman tontos o torpes al cometer una equivocación o un error, hasta se responsabilizan o se culpan de los errores de los demás, son lo que dicen: “él se equivocó porque yo…” o “el proyecto fracasó porque yo…” sin tomar en cuenta la actuación del otro y liberándolo de culpa, acumulan una gran carga sobre sus hombros y la espalda, el trapecio se ve profundamente afectado, llegando a la inserción del cráneo.
Hay un gran bloqueo energético a nivel de la pelvis, no hay flexibilidad, hay desconexión con el tronco. Las piernas, las rodillas y los pies soportan un cuerpo con sobrepeso; las extremidades inferiores experimentan dolor cuando caminan, la musculatura se agotan rápidamente y experimenta dolor, debido a su incapacidad de desplazarse, no sabe a dónde ir, a dónde escapar de esa humillación que lo(a) persigue.
Se mantiene en un sufrimiento constante. Al no ser capaces de expresar sus necesidades y deseos, sufren de afecciones de garganta, las amígdalas son vulnerables y hay una gran tensión en el cuello.
El masaje puede ser un elemento desencadenante en la sanación del individuo. Trabajar sobre las zonas del cuerpo que se ven afectadas por la manifestación del carácter masoquista, con una terapia contenedora, en un ambiente de validación, donde se le dé valor a su ser tal cual es. Una combinación de masajes, californiano y sueco.
Comenzando por el primero ya que tiene un efecto muy contenedor, moviliza la energía encapsulada en esos músculos cargados, se trabajan por un período de tiempo que puede ir de 20 a 30 minutos.
Una vez que se vayan liberando, poco a poco se va profundizando con intervenciones del masaje sueco, que trabajando con la yema de los dedos y el pulgar, se profundiza en la fibra muscular, puede ser doloroso, pero es ese dolor que debe soltar, donde está alojado el dolor, está alojada la humillación, por eso es que el abordaje es con precaución, gradualmente.
Simultáneamente, con voz suave y cálida, se invita al paciente que respire profundamente, que es libre de expresar lo que sienta, exteriorizar cualquier emoción, recuerdo que le venga a la mente, observar y dejarlo ir. Se le imprime seguridad, confidencialidad y sobretodo valor, importancia a su experiencia. Es importante no intervenir en el desarrollo y exteriorización de la experiencia.
El masoterapeuta que está aplicando el masaje debe identificar en qué momento o qué técnica desencadenó la situación para seguir aplicándolo con la mayor cautela, observando cuidadosamente tratando de ir a lo más profundo. Sin embargo, no es necesario ni recomendable que en la primera sesión o una sola sesión profundizar demasiado, la persona debe poder asimilar, integrar e identificar el proceso por el que está atravesando, de allí que el trabajo sea dosificado.
Es muy frecuente escuchar a las personas mientras reciben un masaje comentar: “me vino a la mente una cuando mi mamá…” o “¡Wao! Ese masaje me dolió igualito como cuando mi papá…” El masaje libera o destapa la memoria emocional y energética que guardan los músculos, que hay en el cuerpo.
El fin u objetivo de éste trabajo es inducir a la sanación que comienza por admitir la herida, encontrar, reconocer cual es la humillación, de qué se avergüenza, de qué lo hicieron avergonzar y él lo tomó para sí; hacerlo consciente del sometimiento, de la sobreprotección, poder preparar al sujeto para trabajar el perdón y finalmente implementar técnicas de autovalidación y consolidación de su ser, las cuales abordaremos en otra entrega.
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